Atorados

   
atorado



 Paladeando lentamente, tratando de masticar… La palabra amistad se me queda en el  colmillo atorada; en realidad no es un mal sitio, es el lugar idóneo. Amistad, afilada e indispensable como un colmillo: útil y peligroso a la vez.  Si sonrío, Wen verá que se me ha quedado atascada, justo ahí; pero no será lo único que vea. Allí, justo allí, en el iris del ojo derecho (el izquierdo desde la imagen que me devuelve el espejo), se encuentra un sueño incumplido que errante flota en busca de la lágrima perfecta para poder realizarse. 


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