Paladeando lentamente, tratando de masticar… La palabra amistad se me queda en el colmillo atorada; en realidad no es un mal
sitio, es el lugar idóneo. Amistad,
afilada e indispensable como un colmillo: útil y peligroso a la vez. Si sonrío, Wen verá que se me ha quedado
atascada, justo ahí; pero no será lo único que vea. Allí, justo allí, en el
iris del ojo derecho (el izquierdo desde la imagen que me devuelve el espejo), se encuentra un sueño incumplido que errante flota en busca de la lágrima
perfecta para poder realizarse.

Comentarios
Publicar un comentario