Los libros catalogados
como literatura juvenil son aquellos que podemos encontrarnos en la sección de
la librería dirigidos a un público adolescente.
Determinar la
edad concreta puede ser un trabajo un tanto peliagudo. Hoy en día nos guiamos
bastantes por términos anglosajones como “middle grade” o “young adult” para
ese cajón de sastre que es en castellano literatura infantojuvenil.
Voy a intentar
centrarme en literatura juvenil a partir de 14 años. ¿Por qué? Porque la ONU
indica una persona joven es aquella que tiene una edad de entre 14 y 24 años.
(por arriba me parece bastante, pero ok).
Pero, por supuesto,
hay algo más. Hasta hace un puñado de años, la adolescencia o esa juventud no
existía. Se pasaba de la infancia a la madurez de un salto. Pues las
condiciones sociales así lo requerían. Vamos que se maduraba porque no tenías
otra opción (trabajo, labores varias, asentar la cabeza a edades tempranas… El
motivo que fuera). El caso es que existía otra concepción social del
crecimiento.
Por este
motivo, creo que se puede apreciar bastante bien que la aparición de la
literatura juvenil es muy reciente (no así la infantil). Siguiendo con el hilo
anterior, esto se debe a que no existía un público concreto al cual dirigirse,
pues, socialmente, la categoría no existía. Así que se podía pasar de la literatura infantil a la
más general.
Por ejemplo de
leer “La isla del tesoro” a “El Quijote”
Puede ser este
uno de los motivos por el cual siempre existe un debate cíclico sobre si existe
la literatura juvenil o no. Sí que en el mundo comercial de la literatura es un
hecho, se puede ir a la librería, pero ¿qué criterios sirven para esta
catalogación? Y lo más importante, ¿qué es la literatura juvenil?
¿De dónde nace
el término? Hay estudios que afirman que, en territorio hispanoparlante, esta
etiqueta «literatura infantil». «Literatura juvenil», «LIJ» nace por influjo de
otras culturas, pues en Italia se hablaba de la letteratura giovanille, en
Inglaterra Children’s Literature o en francia Litterature de jeunesse.
El fenómeno de
la literatura juvenil suele estar ligado a dos fenómenos:
1. La necesidad de los docentes de que existan textos
adaptados a los adolescentes con una carga educativa y fomentar el hábito
lector.
2. La especialización del mercado editorial.
Hay un
fenómeno curioso en la literatura juvenil y es que siempre se asocia a la
narrativa. (En poesía hasta donde yo sé no existe ese estadio. Aunque en infantil
se puede encontrar a la magnífica Gloria Fuertes. Y creo que en el teatro
ocurre algo similar)
Rasquemos un
poco en la teoría un poco más literaria.
Hay autores
que afirman que la literatura juvenil es un pacto ficcional entre autor y el
lector joven al que va dirigido la obra. O el que hace la editorial con el
mercado. Y es que no hay que olvidar la intrínseca relación que existe entre la
literatura y su comercialización.
Así que lo que
queda claro es que o bien le autore o bien la editorial enfocan su producto
hacia un público determinado.
Claro que esto
no le otorga unos rasgos concretos, sino más bien una voluntad. Así que,
¿cuáles son los rasgos que se le ha atribuido a la literatura juvenil?
Se ha dicho
que la literatura infatojuvenil tiene como fin educar. Bien, vale. La
literatura general (por ponerle una etiqueta) también, como avalan varios
estudiosos. Puede tener ese carácter cualquier tipo de obra. Así que no parece
un rasgo definitorio.
Por ejemplo,
pensemos en, no sé, Percy Jackson, y su saga, y “Nadja” de Breton o “Nada” de
Carmen la Foret o tal vez en caballeros y castillos lejanos de la trilogía de “El
olvidado rey Gudú”. Enseñanzas se mezclan con surrealismo, fantasía o narrativa
de corte más costumbrista. Se esconden pequeños aprendizajes, situaciones
nuevas, evoluciones, discursos más o menos extensos sobre un tema... El cómo se
muestra puede ser diferente, pero el fin es el mismo.
También se
dice que la literatura juvenil está ligada a las modas y a los grupos
influyentes. Por ejemplo, series, temas, utilización de ciertos seres
paranormales…
Vale, muy
bien, pero en la literatura general o de adultos, también ocurre lo mismo.
Ahora con los best-sellers te pueden encontrar con decenas de tramas históricas
sobre un determinado periodo, fantasías épicas o novelas románticas con los
mismos ingredientes. Los Bridgerton han marcado una tendencia, por ejemplo.
Aunque también te puedes ir al Siglo de Oro y ver que hay un puñado de comedias
idénticas desde Lope hasta Ana Caro
Vale, parece
que hay muchas similitudes.
Un rasgo que
me he encontrado a lo largo de los años es que la edad de los personajes
determina la edad del público a la que se dirige. Esto me convence y a la vez
no. Desde luego muchos de los grandes clásicos universales tienen personajes
que ahora catalogaríamos como adolescentes: “Rojo y oro”, “El cantar de los
Nibelungos”, “El lazarillo de Tormes” (y mil más que no recuerdo). Evidentemente,
no se puede pensar que esos autores tenían en mente crear literatura juvenil,
porque su realidad era bien diferente a la nuestra. Eso sí, hoy en día, se podría
editar pensando en ello.
Estoy pensando
en el libro “Margarita Dolcevita” o “La familia Telemacus” no son libros para
un público joven. O no están pensados para que el público objetivo sean jóvenes
de 16 años. Más bien no solo para esta edad. Se venden como literatura general,
a pesar de que tienen protas jóvenes. Quizá sea por la prosa, por los temas o
por le autore. No sé. El caso que son títulos, como muchos otros que se pueden
leer a una edad temprana, pero, sobre todo, se piensan para adultos. Y no veo
mala la decisión editorial.
Pero hay un
tema que me gusta mucho y que comentó una vez un profesor mío de la uni: a
veces no tienes la edad adecuada para leer un libro o en ocasiones lo relees
pasados los años y sus enseñanzas son otras. Y es así: su situación en un
momento puede ser muy diferente en un futuro, ello hace que un mismo libro
tenga un impacto diferente en ti como lector. Me gusta esta versatilidad de los
libros.
También es
verdad que estos casos suelen ser más anecdóticos, pues la mayoría coincide
edad del personaje y público objetivo al que se dirige.
Si se piensa
en el mundo audio visual, en seguida se catalogan las películas por edad recomendada.
Estas decisiones suelen atender a criterios como la violencia, el contenido explicito
sexual, lenguaje, temas que tratan, etc. Vamos que hay un análisis y se propone
una edad que pueda entender, comprender y analizar esa película sin influir negativamente
en esa persona.
¿Qué ocurre
con los libros? Generalmente, se suele aumentar de la dificultad de lectura conforme
la criatura aprende a leer. Hay lectores voraces que leen a Azorín con 13 años
y otros con 16 o con la edad que sea. No se suele ser tan estrictos en cuándo
se lee un libro. (Aunque es cierto que tu lectura puede cambiar de los 15 a los
22, es muy interesante también este ejercicio).
Me centro. La colocación
de libros en una librería o en un catálogo sí atiende a parámetros muy
similares al del cine o las series. De este modo, el contenido es relevante para
diferencial un libro más juvenil de uno más general. Esto tampoco quiere decir que
un libro para adultos sea sanguinario, turbio o cualquier cosa oscura. Solo que
se evitan en el contenido de ciertos públicos (más o menos sería algo así).
La verdad, me
parece todo un poco arbitrario.
De todo este
rollo que te acabo de soltar se pueden concluir varias cosas:
1. Los límites de la literatura juvenil y la
literatura general son difusos, pues no radican en una diferencia en el uso de
herramientas literarias, creativas o de recursos. Se sirven de los mismos
medios para construir narraciones.
2. La diferencia radica en otros espacios. Por
ejemplo en la necesidad didáctica de la docencia.
3. Existe una necesidad de crear productos para esa
realidad que es la juventud. Un espacio entre la infancia y la edad adulta.
4. El pacto entre autor (y/o editorial) marca la
principal diferencia.
Una vez una autora en
un seminario dijo que la literatura solo tiene corte de edad por debajo (a
partir de x edad), pero por arriba no existe tope.
Me quedo con
esa reflexión y con la teoría del pacto lector. Para ti, ¿qué es la literatura
juvenil? ¿O qué entiendes por literatura juvenil?

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