«¿Qué es lo que más deseas», perdón, eso de de una serie.
Mejor empiezo otra vez.
«¿Cuál es tu sueño?» o «¿Qué quieres hacer con tu vida?» sí son preguntas que nos hacen constantemente a lo largo de nuestras vidas. También es algo que me saca de mis casilla, no te lo voy a negar. ¡Yo siempre he dicho que no tengo un sueño, una meta en la vida! Si cuando me preguntaban en el cole me daban ganas de marcarme un Salvador Dalí y salir corriendo del aula para tirarme por las escaleras... Pero no hacía esto, simplemente escuchaba al resto de mis compañeres y copiaba lo típico que se esperaba de «««una chica»»»: ser veterinaria, peluquera o algo así. ¿Quería yo algo de eso? Pues, mira, no.
Sin embargo, más allá de ese sueño capitalista de trabajar, sí que tenía sueños. Pueden parecer ridículos, pero era une niñe: yo quería irme a China a vivir en un barquito. No sé, en algún momento escuché que había tanta gente en el país que había quienes vivían en embarcaciones. Yo quería. Eso cuenta como sueño, ¿no? Yo creo que sí, así que diré que sí.
A mí, desde que tengo uso de memoria, me han encantado los idiomas y cuanto más distante de las lenguas romances, más. Me flipa el chino, ¿lo he aprendido alguna vez? No. Sin embargo, estudié japonés en la universidad. Mira aquí empecé con otro sueño: traducir novelas. ¿Lo sigo teniendo? Yo diría que no. Mi nivel es bastante meh en todos y cada uno de los que he estudiado. Eso sí, tengo mucha cara para los idiomas, aunque esto no me da la habilidad para desempeñar este tipo de trabajo. Dicho lo cual, esto no significa que me dé por ahí y me traduzca para mí alguna cosa corta.
Bueno, ya he terminado la universidad y estoy frente a mi ordenador mirando una pantalla blanca que pretendo rellenar con un hilo caótico de pensamientos. Y me pregunto: ¿tengo un sueño? Cada día veo en redes gente con metas, sueños y logros conseguidos. ¿Y yo? ¿Qué meta vital tengo? Por favor, me niego a contestar sacarme unas oposiciones, porque esto es algo a lo que me ha abocado el mundo, no es mi sueño.
Va, Maz, ¿qué sueñas? Y no vale contestar que terminar el cuarto libro de TGCF.
Bueno, pues tengo un sueño incompatible con el capitalismo y mi situación actual, pero que, simplemente, he decidido aplazarla en el tiempo (cuando me jubile, si es que esto puede llegar a ocurrir, y tenga dinero [optimista se nace, no se hace]): viajar por el mundo, conocerlo. Verlo, ser partícipe. Pero no como une turista que busca la típica foto. No. Para eso ya está Instagram. Yo quiero ir con mi mochila, mi libro de Historia, un diario y una lectura debajo del brazo (mejor una mochila). Mis venas gritan que quieren ver el mundo, recorrerlo, gastar las suela de mis zapatos. Tengo alma nómada, pero una cuenta corriente con telarañas. Sin embargo, no me gustaría renunciar a ello.
Mi sueño es ese. Uno alejado de trabajos, de metas de contar palabras para construir obras literarias, lejos de pinceladas medidas: quiero conocer este mundo y sus culturas.
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